En oncología, no se trata solo de elegir un tratamiento.
También importa quién te acompaña, cómo te lo dice, si te escucha, si podés confiar.

Una buena relación médico-paciente no aparece de un día para el otro.
Se construye en cada consulta, en cada silencio respetado, en cada explicación clara, en cada decisión compartida.

¿Qué la hace posible?

Escucha activa, sin apuro
Información clara y honesta, sin alarmar
Respeto por las emociones del otro
Presencia real, aunque no siempre haya respuestas
Espacio para las preguntas, para la duda, para la angustia
Reconocer al otro como persona, no solo como paciente

En oncología, muchas veces el diagnóstico cambia. El pronóstico también.
Pero cuando hay una relación de confianza, el paciente nunca se siente solo.

💬 Porque no todo está en la medicación. A veces, una mirada que contiene también alivia.