Cuando los pacientes se enfrentan al diagnóstico de un tumor de recto, suelen manifestar múltiples interrogantes además de la angustia e incertidumbre lógicas.
A la atendible preocupación por la evolución y la curación de la enfermedad se le suma un elemento propio de la cirugía de estos tumores. Esta es la necesidad de dejar un estoma en el abdomen (también conocido como “ano contra natura”).
Las características particulares de la enfermedad rectal conjugan de forma mayúscula la necesidad de ofrecer los mejores resultados, tanto en términos de curación, como de la calidad de vida que podemos ofrecer a los pacientes.
Uno de los capítulos más importantes en este sentido, en el caso de la cirugía digestiva en general, y del recto en particular, está relacionado con la fisiología evacuatoria. Intentar mantener las deposiciones por el ano alcanza un nivel de consideración sustancial para los pacientes que se traslada cada vez con más intensidad a los cirujanos.
Con el devenir de la cirugía moderna, a fines de siglo XIX comienzos de XX, el tratamiento quirúrgico del cáncer de recto comenzó a adquirir rasgos distintivos que fueron transformando las perspectivas de curación de la enfermedad. En sus albores, la extirpación del órgano (el recto) estaba asociada con tasas muy altas de ostomías definitivas (esto es, una ostomía que no alberga posibilidades de cierre posterior).
Los modernos métodos de tratamiento no quirúrgico (Quimio y Radioterapia Neoadyuvante) y estadificación de los tumores (Resonancia Magnética de alta Resolución), así como las novedosas técnicas quirúrgicas nos han permitido hoy en día disminuir significativamente la tasa de ostomías definitivas.
Es así que para los casos en que existe una evidente respuesta clínica completa (desaparición de los tumores luego de la radio y quimioterapia) cada vez se afianza con mayor seguridad el tratamiento de observación sin cirugía conocido como “watch & wait”. Mientras que las resecciones interesfintericas (que preservan en parte el esfínter anal) para las lesiones muy cercanas al margen anal, y las resecciones mini-invasivas a través del ano (TEM) para las lesiones tempranas que reúnen los criterios de resección por esta vía nos permiten cada vez más ofrecer estrategias quirúrgicas conservadoras de la función defecatoria.
Gracias a estos avances, los cirujanos colorrectales tenemos hoy nuevas herramientas que nos permiten más que en el pasado la posibilidad de restablecer esa función, tan necesaria como requerida por los pacientes.
Dr. Mattacheo Adrian
Cirugía colo-proctológica
MN 107.773
doctormattacheo@gmail.com