Recibir un diagnóstico de cáncer cambia muchas cosas en la vida de una familia, y uno de los desafíos más difíciles es cómo contarles a los hijos lo que está pasando. Los niños perciben más de lo que imaginamos: sienten cambios en la rutina, emociones de los padres y hasta pueden intuir que algo no anda bien, aunque no se lo digamos directamente.
Hablar con ellos no significa darles toda la información médica ni explicar detalles que los puedan angustiar, sino acompañarlos con sinceridad, seguridad y amor. Algunas pautas pueden ayudar:
- Adapta el lenguaje a su edad: los niños más pequeños necesitan explicaciones simples y concretas; los adolescentes pueden manejar información más detallada.
- Escucha sus emociones: dejá que pregunten, expresen miedo, tristeza o enojo. No minimices lo que sienten.
- Evita mentiras: decir “no pasa nada” puede generar desconfianza. Mejor hablar de forma honesta, explicando que hay un tratamiento y que los médicos están ayudando.
- Mantén rutinas: la escuela, el juego y los hábitos diarios les dan seguridad y estabilidad.
- Invitá a participar según corresponda: pueden acompañarte a citas cortas, ayudar en pequeños cuidados o simplemente expresar cariño y apoyo.
- Acompañamiento profesional: psicólogos infantiles o familiares pueden orientar cómo hablar y manejar emociones difíciles.