En oncología, el cuerpo muchas veces queda reducido a estudios, síntomas y tratamientos.

Pero ese mismo cuerpo también sigue siendo espacio de deseo, disfrute, necesidad y descanso.

Cuidarlo no es solo “seguir el tratamiento al pie de la letra”.
 También es:

  • Comer lo que nutre, pero también lo que gusta
  • Moverse con lo que se pueda, aunque sea poco
  • Dormir bien, si es posible
  • Sentir placer sin culpa
  • Escuchar lo que el cuerpo pide, y no lo que el miedo impone

Incluso en medio del tratamiento, es posible –y necesario– encontrar formas de habitar el cuerpo con más amabilidad.

Porque no sos solo paciente.

Sos persona.

Y tu cuerpo no es solo un territorio de enfermedad: también puede ser un lugar para habitar con cuidado, calma y deseo.

¿Qué pequeñas cosas te ayudan a reconectar con tu cuerpo en los días difíciles?