Buena Salud y bienestar podrían parecer lo mismo sin embargo saber diferenciar entre la satisfacción a corto plazo y a largo plazo, podría ser la clave  para tomar decisiones acertadas que nos acerquen al auto-cuidado sin alejarnos del placer.

S
e trata de invertir nuestro tiempo y atención en hábitos que nos inviten a sentirnos bien hoy, y que en lo posible no nos traigan consecuencias negativas ni a corto ni a largo plazo. O de hacerlas, saber que fuimos lo suficientemente coincidentes a la hora de elegir y luego asumir los costos que implique reparar ese daño que pudimos ocasionarnos a nosotros mismos, así como a nuestro entorno, porque bien sabemos que una persona estresada o descuidada no sólo es una carga para sí misma, sino también una preocupación para quienes lo aman.

El sentido de la responsabilidad está directamente asociado a la salud, a reconocer  que nuestro organismo (por ley de entropía que formula la naturaleza caótica del universo) como todo lo que existe, naturalmente se va a ir deteriorando con el paso del tiempo expuesto a las circunstancias de la vida y al uso de sus funciones, por lo tanto hacerle service cómo se lo haríamos a un vehículo es una oportunidad para mantener el cuerpo en buen estado, optimizando sus sistemas internos, acercándonos más al orden y el buen uso de sus propiedades, aportándole vitalidad y alentizando su desperdicio. Hablar de respiración consciente, conciencia corporal, de darle flexibilidad a las articulaciones, elasticidad a los músculos, de obtener mayor equilibrio y una postura balanceada, va mucho más allá de un beneficio estético. sabemos el impacto positivo que producen las prácticas como el Yoga y La meditación simplemente en la imagen de quienes se nutren de estas experiencias, cómo irradian mayor paz, se los ve por lo general calmados, centrados, en Armonía… inspiran plenitud. En lo aparente, todo indicaría que es un camino viable a la auto-realización, donde el cuerpo, al ser el instrumento que nos permite vibrar, “buena o mala onda” y resonar desde ese organismo, y relacionarnos con el afuera,  sería lógico creer que cuanto mejor sea su funcionamiento más disponible estará para seguir cumpliéndonos sueños. No se trata de estética ni belleza aparente, se trata de amor propio, auto-conocimiento y auto-cuidado. Poder regalarnos a nosotros mismos  una vida de calidad. No se requiere nada extraordinario para esto, hasta una persona con movilidad reducida puede meditar. Algo que va más allá de la experiencia de reflexión profunda, inclusive menos pretenciosa y mas simple. No es un acto intelectual erudito, por el contrario, es más afín a la ignorancia y a la aceptación, de todo aquello que desconocemos y aún así, funciona a la perfección. Meditar esta mas cerca de la entrega y rendición que de la planificación y el entendimiento. Y rendición no es resignación, es por el contrario un acto de absoluto empoderamiento interno, en donde entregamos nuestro potencial creador a la conciencia, dejando a la razón pequeña, ante semejante fuerza reparadora y transformadora. Un camino de sanación que va más allá del cuerpo físico, implica áreas de nuestra existencia impalpables y absolutamente evidentes cómo ser el Ánimo, las emociones, los procesos mentales … esos aspectos de nuestro Ser que tienen carácter y entidad y muchas veces creemos incontrolables porque simplemente desconocemos que podemos des-identificarnos de ellos y volver a nuestra Esencia, a lo que todos somos desde neonatos, Amor.

Solo se requiere la intención, ese es el gran poder que despierta esta práctica milenaria, no muy distinta al rezo, o al silencio interior.. solo que para meditar dejamos por un momento el control, nos liberamos del pensamiento temporal que viaja queriendo significar el pasado, o proyectando expectativas sobre el futuro posible, invitamos a la mente a calmarse y disponemos nuestra atención al disfrute y el placer silencioso del Ahora. A disminuir la interpretación y acentuar la apreciación. Al comienzo puede que resulte difícil algo tan simple como detenernos a respirar y pausar la maquina de procesar información, sin embargo una vez que vamos entrenando nuestra atención y aprendemos a escuchar el pedido interno de nuestro Ser mas sutil, todo lo que queda es Gratitud.

Así que GRACIAS por tu tiempo y atención sobre estas palabras que dedico desde mi corazón a tu corazón, directo, sin escala.

Yanina Noejovich
Instructora de Yoga y Facilitadora de Meditación
ynoejovich@gmail.com