Marce

Mi historia comienza a fines del año 2012, me encontraba en medio de los preparativos para festejar fin de año en familia cuando tomando una ducha noté que mi pezón se había hundido, no quise alarmarme, sin embargo, presentí que algo muy feo estaba por llegar a mi vida.

Unos días después concurrí al hospital donde conocí quien sería un tiempo después, además de mi cirujano, un gran pilar y guía en este difícil proceso, el Dr. R.F, quien tuvo desde el primer momento la entereza, humanidad, seriedad, profesionalismo y firmeza necesaria para comunicarme que se trataba de algo serio y debíamos rápidamente iniciar los estudios que más tarde confirmarían lo peor.

Los resultados de los estudios llegaron rápidamente, las mamografías dieron mal, las ecografías mamarias también, solo faltaba el estudio que definiría la situación no dejando lugar a dudas, la biopsia mamaria.

Mientras transcurrían los 24 días que demoran los resultados de la biopsia mi madre fue internada con un ¡diagnostico muy sorpresivo!, ya que nadie lo esperaba, le habían descubierto cáncer en el páncreas, razón por la cual quedo internada y en 30 días perdí ni mas ni menos que a mi madre. Transitando el duelo tuve que armarme de esa fuerza que poseo para retirar los resultados de mi biopsia.

Sentada en la sala de espera de oncología, aquella mañana de sol radiante esperaba ansiosa las palabras de mi médico, el tiempo de espera me pareció interminable, finalmente llego mi turno, ingresé al consultorio y me senté frente a él, cuando levanto su mirada sabiendo que mi madre había fallecido días atrás, respiró hondo y me dijo “es un tumor maligno, hay que operar lo antes posible”. Sentí un golpe muy fuerte dentro mío, y a la vez sentí su contención y su abrazo reflejado en sus ojos, y le respondí “como usted diga, DR”.

Camine hacia uno de los ventanales que tiene el hospital y mire el cielo azul, con ese Sol brillante y observé el parque de mi querido hospital, sus árboles, esa brisa cálida que me acariciaba el rostro, chicos correr, y sentí mas que nunca lo maravillosa que es la vida, si …. LA VIDA, a la cual a veces con la rutina del día a día y las obligaciones no nos detenemos ni siquiera un instante, tan solo un instante a VALORARLA.

Nada es eterno, todo puede cambiar de un día para otro, hay que ser agradecido por un día mas de vida, disfrutar de los afectos, ser feliz cada cual a su manera.

A veces uno no se da cuenta y no le damos la importancia a estar con un ser querido mas tiempo por correr detrás de las obligaciones.

Baje hacia el parque y sentí dentro mío muchas sensaciones, tenia CANCER, si… CANCER DE MAMAS, eleve mis ojos al cielo y dije con una sonrisa ¿sabes que cáncer? ¡No sabes con quien te metiste!

Tuve dos caminos, o me derrumbaba psicológicamente o luchaba, decidí luchar, mas que nunca, así soy, así fui siempre en mi vida ante los obstáculos, decidida, valiente, sin lamentos, sin preguntarme ¿Por qué a mí?… por algo llegan las cosas a nuestras vidas (solo hay que ser valientes) y enfrentar lo que sea mirar al futuro con esperanza, sintiendo seguridad en el “yo puedo”, claro que sí, yo puedo vencer lo que sea.

Debía fortalecer mi espíritu, sentirme una guerrera, una gran batalla se avecinaba hacia mí y decidí vencerla. Ojalá muchas personas puedan sentir esta fuerza que tuve y tengo, es mi inmenso deseo poder llegar a cada uno de ustedes, me imagino verlos leyendo y me invade una gran felicidad, si felicidad… si solo pudiera abrazar a cada uno de ustedes créanme lo haría. Quiero que se impregnen de mis fuerzas sin miedos, sin ataduras ni dolor, todo se puede, dentro de cada uno de nosotros poseemos lo mas valioso que tiene un ser humano, EL AMOR, LA FE Y LA FUERZA INTERIOR, combinación perfecta para vencer cualquier obstáculo.

Había llegado el momento de darle a mi hija la noticia de mi enfermedad, sabia que no iba a ser fácil ya que había fallecido recientemente su abuela quien vivía junto a nosotras, pero ella es una gran mujercita y acompaño con gran entereza la noticia, aunque sus ojos me pedían que no la deje sola en esta vida. Entre una madre y su hijo sobran las palabras, esa conexión única de la cual más compromiso y fuerzas adquirí para seguir mi camino hacia el éxito, vencer esta enfermedad.

Así fue como el gran día llego, mi cirujano esperaba en el quirófano, debía extirparme una mama ya que el tumor era de gran tamaño y mi mama muy pequeña. Antes de recibir la anestesia recé y pedí a Dios que me de valor y fuerzas. Terminada la operación desperté con mucha paz, había vencido una parte de la batalla, íbamos por más.

Cuando me mire por primera vez al espejo, sin un pecho, acaricié con mis dedos mi cicatriz, debía mimarme y amarme más que nunca, yo no era una teta, las mejores cicatrices son aquellas que se llevan con orgullo.

Los estudios fueron mostrando resultados favorables, la esperanza cada vez era mas grande, me iba auto felicitando, bien marce, ¡bien!

Esa alegría de ir escalando paso a paso, escalón por escalón, respirando hondo, sabiendo que debía llegar a la cima y vencer el miedo.

Al día de la fecha que me encuentro escribiendo esto, han pasado cinco años de controles médicos con resultados positivos.

¡¡GANE LA BATALLA!!

¡¡VENCI AL CANCER!!

Y SOY FELIZ….

Pido encarecidamente a cada lector que tomen un gran compromiso conmigo, el de decirse a ustedes mismo una y otra vez;

“YO PUEDO”

“el CANCER no podrá vencerme”

“yo amo la vida”

“tengo esperanzas”

“creo en lograrlo”

No tengan miedo, se puede, claro que se puede, yo pude y ustedes también podrán.

Les envío un fuerte abrazo con todo mi corazón.

Que un rayo de luz entre en cada uno de ustedes y puedan venciendo el miedo llegar al éxito.

El “poder” esta en cada uno de ustedes.

Los quiero