Petunia

¡¡Hola!!  Gracias a todos los que acepten escuchar nuestra historia con el cáncer como nuestro compañero en la vida.

Voy a tratar de ser breve porque tengo poco tiempo ya que ayer me entere de esta propuesta y me encantó.

Soy Petunia, (A.M.O) tengo 74 años, bueno, más cerca de los 75.

A los dos años perdí un ojo (bueno, más vale perder un ojo que la vida, ¿no?) a causa de un Retinoblastoma.

Imaginen, hace 73 años le dicen a mis padres y familiares, toda gente muy sencilla y humilde, “gente de antes” que este mal podría avanzar al cerebro, quedar ciega e incluso morir (yo tenía dos añitos). No quiero pensar si me lo dijeran ahora, sería lo mismo de terrible, pero bueno, mi papa se desmayó cuando se lo dijeron, mi mama estaba embarazada de mi hermano y no se lo quisieron decir así que una pobre tía soltera, muy joven se hizo cargo de toda mi atención durante la operación.

Nadie se animaba a hablar con los médicos, en esa época eran personajes muy inalcanzables, mi familia era muy sencilla (somos descendientes de italiano), no tenían mucho a quien preguntar o sea  que tuvieron muy poca información de cuál sería mi destino.

En conclusión me operaron,  me sacaron el ojo, un gran medico de ese momento (B.C) que había operado a un famoso jockey y hoy estoy aquí para contarlo, no sé por qué extraño designio del destino (yo lo llamo milagro).

No sé con certeza si mis padres o mi abuela que era muy creyente tuvieron fuerzas para rezar o pedir no sé a quién  (yo solo me tiraría a llorar).

Solo creo, estoy segura que Dios ya tenía planes para mí y ÉL seguiría adelante con ellos.

Por supuesto la historia no termina aquí, diría que comienza una parte importante y a veces triste de mi niñez.

Seguí  adelante con mi vida con mi “ojito de vidrio” yo le decía a mi mamá que me habían puesto un caracolito. Mi mamá empezó a padecer depresión por el sufrimiento y la impotencia de vivir en adelante criándome entre algodones por el temor de como seguiría este proceso pero hasta el día de hoy viví con un solo ojo perfectamente  y nunca me molesto “el ausente”.

Pasé por lo que hoy llaman bullying en la escuela primaria ya que la prótesis era muy notoria. Pero una maestra de sexto grado me escribió una frase en la despedida de la primaria que aun hoy me emociona: ¡sé que nunca te encontraras entre los vencidos, pues sabes enfrentar tus problemas, que Dios ilumine siempre tu razón y tu corazón! . A esa señorita L toda mi gratitud.

Le aconsejaron a  mi mamá que no me permitiera hacer carreras muy largas de mucho fijar la vista para no desgastar mi único ojo, pero hice algunos años en el P.S.F  ¿y qué aprendí? Corte y confección, lo que todavía hoy es de gran utilidad para mí. Al mismo tiempo aprendí peluquería con una tía, profesión que me ayudo a sobrevivir por muchos años, hasta el día de hoy (que no se entere la A.F.I.P  ya que siempre trabaje dentro de mi casa o a domicilio).

Bueno, sigamos con la historia: a pesar de mi solo ojo, tuve motoneta a los 18, manejé, tuve registro, el oculista no se enteró de mi ojo, pobre, me hizo leer, leí todo y me firmo el apta (bueno, una nota de humor ya que esto pasó hace más de 50 años) hoy solo manejo bicicleta.

Nada de esto impidió que a los 20 me casara, a los 23 tuviera ¡¡tres hijos!! Ya que tuve mellizos a los 15 meses del primero; no me privé de nada ¡eh! Después de 8 años otra nena y después de otros 8 un varón que pudo ser abortado porque estaba pasando un momento difícil como pudo ser el divorcio, aparte ya tenía 38 años, pero L fue una bendición así como lo son todos y cada uno de mis hijos, como también mis nueras y mis yernos.

Agradezco a Dios por cada uno de ellos S, 52 años. G y V, 50 años, M.E, 44 años  y L, 35 años. Son toda mi inversión en esta tierra.

Sigamos adelante…. Siempre amamante a mis hijos, ustedes dirán para que cuento esto, ¿Qué tiene que ver con tu historia? Lo cuento porque antes se decía que quien amamantaba tenía menos posibilidades de tener cáncer de mama.

Bueno, a mí me falló, ya que en el 2011 me declaran cáncer de mama, para ese tiempo todavía cuidaba a mi mama, quien murió a los 94 años de muerte natural, ya que lo mío no fue herencia, ella solo fue hipocondríaca así que todas las enfermedades que ella imagino, en teoría yo las lleve a la práctica. . . . . . . . . .

No tuvo la misma suerte una de mis hijas, ya que ahora tiene 50 años y también fue operada de cáncer de mama y está en tratamiento. También cuidaba alguno de mis nietos (diez en total) de todas las edades, medidas, colores, cada uno único y especial.

Me sacan la mama, ganglios, quimio, rayos, medicación, todo bien, también entre una cosa y otra hago un curso de asistente geriátrico, otro de voluntariado de oncología, otro de reflexología, trabajo con mis clientas, algunas desde hace como 40 años y también las cuidé si se operaban o precisaban atención domiciliaria o simplemente compañía. Pasados los cinco años de tratamiento cuando ya creía que se terminaba la esclavitud de la famosa pastillita, cuando me hago los controles para celebrar: ¡OH SORPRESA! Metástasis en el esternón, todo para atrás, otra vez rayos, cambio de medicación, bajón, depre. . . . . . . . . .

Reconozco que en todo este tiempo de mi historia eh sido totalmente desagradecida; no eh dado las suficientes gracias a Dios por la vida y por todo lo que me permitió disfrutar en todos estos años.

A cada médico que pasó por mi vida, especialmente a mi oncólogo, el doctor G.D. ¡¡¡ grande Doc.!!! Comprensivo, él es el paciente de todas mis inseguridades, dudas, etcétera, a los radiólogos, enfermeras y a cada empleado de las instituciones que si tengo oportunidad algún día podre mencionar, a mi familia, a mis amistades y a la gente de toda “raza, credo y color” que oró a su manera por mí, a toda persona que me trato con cariño, con afecto, con comprensión, con paciencia cuando en algún momento de bajón, de desaliento, baje los brazos, siempre hubo alguien para contenerme. Gracias a los que oraron por mí con fe.

Y gracias. . . . . . . . . .gracias. . . . . . . . . .gracias nuevamente a Dios por la vida, por estar siempre a mi lado, por sentir su amor y compañía.

Para matizar entre un periodo y otro del cáncer también pase por una operación de cadera, (cabeza de fémur necrosada) ¡que pesada!,  ¿No?

Bueno, pero eso es para otra historia.

Hoy vivo en tratamiento con pastillas e inyecciones, dicen que  lo último en tratamientos; un pulmón colapsado, ya me extrajeron liquido dos veces en H.C, allí me trata el neumólogo, a veces necesito broncodilatador por la fatiga.

También me trato en cuidados paliativos en H.T.

Mi otra hija es licenciada en enfermería y es la que coordina todos mis tratamientos y controla si hago caso a las indicaciones, como por ejemplo tomar agua.

El C.A.15 me aumenta día a día como la inflación: 15/11/18 = 195.8; 05/02/19 = 254.9.

No sabemos porque; estamos haciendo nuevamente todos los controles para saber qué pasa. Probablemente  me queden muchas cosas de mi historia sin contar de todo este tiempo pasado, pero por ahora sin más por el momento quiero despedirme de ustedes y de su  generosa propuesta. Gracias por esta oportunidad que nos brindan de compartir nuestra historia con personas que han pasado por la misma situación (mejor o peor) siempre quise  hacerlo, les aseguro que no es pensando en el dinero aunque a alguien le cueste creerlo. Soy feliz disfrutando de lo que puedo hace cada día, abrir mis ojos cada mañana, ver el sol o la lluvia, las plantas, las flores, las tormentas, las distintas etapas en la vida de mis amados hijos, nietos, amigos. . . . . . . . . . nada me falta…solamente doy gracias y deseo poder transmitir algo de esta fe y esperanza a quien esté pasando por una situación similar a la mía, especialmente a las mamás con niños con estos mismos problemas por los que yo pasé, porque sé que esta enfermedad todavía sigue afectando a mucha gente.

Sin más que decir, los saludo con gratitud.