Vladimiro Dimitri

 -Amor, a qué hora nos espera Marcelo? Pregunté.

-A las 9…dale, apurate con el baño, que después me tengo que bañar yo.

-Pará!!, que tengo que terminar de afeitarme. Además, tengo esta pelotita en el cuello que no sé qué es.

Así apareciste en mi vida. Octubre del 2014, estábamos con Pato en un hotel en Rosario, habíamos ido a visitar a Marcelo y su mujer.

– ¿A ver, té duele si te apretó acá?

Y no. La verdad que no dolía. Pensé en una muela con caries, en un pelo encarnado, en cualquier pavada

-No te preocupes, amor. Vuelvo a casa y paso por el médico.

A la semana siguiente, me acerque a una guardia, en una clínica cerca de casa.

-37!!!!!, pase por consultorio 3…

Entré…

-Hola Dra., me apareció este bultito, blah…blah.

-Le voy a pedir análisis de sangre y una tomografía, y venga con el resultado

Bajé al subsuelo, me hice todo y volví…

-Mire, Sr. Lo suyo puede haber sido mononucleosis, o quizás unas paperas mal curadas.

-Ok, nada grave, Dra.? Gracias, hasta luego

Y así sin más, me fui para mi casa.

Paso más de un mes, ya casi fines de noviembre, y el bulto seguía ahí. Convivía conmigo, en cada afeitada, en cada ducha. Estabas al costado de mi ruta, haciéndome dedo.

Nuevamente a la guardia, misma rutina, otra Dra., mismos estudios, misma respuesta…

-Y. puede haber sido mononucleosis, aunque no salga nada en los análisis de sangre.

-Ok, gracias Dra.

Y me fui, convencido de llevarle los estudios a mi medico clínico (hoy mi ex médico clínico)

Otro lugar, otro médico, respuesta similar.

-Que tal Vlad, ¿cómo anda?

-Y con este bulto, le traigo estos análisis de sangre y tomografías.

– A ver? nah. Si, puede haber sido mononucleosis, yo me inclino a eso antes que a las paperas.

-Nada grave Dr.? Gracias. Hasta luego.

Llegaron las fiestas, vos seguías ahí, sin que nadie te reconociese.

Apareció la rompe pelotas de Pato.

-Escuchame, vas a hacerte ver ese bultito o no???

-Uf. Ok, vamos a otra clínica.

Era domingo a la noche, 4 de enero del 2015, hacía calor. misma rutina, mismos estudios; pero ahí el que me hacia la tomografía te encontró.

-Sr, lo que veo acá no me gusta nada. Le aconsejo que pida turno con un especialista de cabeza y cuello, ahora le aviso a la Dra. de guardia

Y así fue. Ese lunes 5 fui de urgencia a ver a mi endocrinólogo, que me conoce desde el año 1989.

-Quedate tranquilo Vlad, esto no tiene nada que ver con la tiroides.

Al día siguiente tenia turno con un especialista de cabeza y cuello, que había elegido por cartilla y por cercanía a mi casa.

Fuimos, Pato a mi lado, como siempre.

Me llamaron, pase al consultorio.

Le conté toda la historia, me reviso, vio los estudios. No dijo nada.

Se puso a escribir, y me dijo.

-Esto es oncológico.

Pato le respondió,” no será hematológico?”

-No. Es oncológico. Yo me voy por dos meses al exterior, así que aca le dejo para que se haga una biopsia, y que siga con un médico de mi equipo, el Dr. JF.

Salimos de ahí, sin ningún comentario. Yo ya me había detenido, y vos te habias subido al auto. Te abrochabas el cinturón.

Pedi turno con el Dr. JF.

-Hola, que tal, ¿a ver los estudios? Bueno, puede ser un linfoma o algo asi. Hágase la biopsia.

Listo, salimos de ahí, pedi un turno para la biopsia, al dia siguiente me iba a tomar una semana de vacaciones en la costa. Hasta ahí, todo marchaba normal.

Fui, el 15/1 a realizarme la biopsia, y a los 20 dias pasé a retirar el resultado.

Y ahí te presentaste.

CANCER. Tumor en piso de boca, con metástasis en cuello lateral derecho. Tenías nombre, apellido, y hasta ubicación.

Llore. Putee. Grite, estaba solo en el auto, solo con tu compañía, solo con el papel blanco que tenía la fría letra. Solo con vos.

Estabas sentado a mi lado. Eras mi acompañante, en mi camino. Eras el Viajero.

Llegue a casa, deje el sobre. A la noche llego Pato. Lo leyó con cara de poquer. A la semana debíamos visitar al Dr. JF.

El tramite fue rapido, entré, lo vio, y me dijo…” el martes te espera la oncóloga SF”

Era viernes, faltaban tres dias. Vos ya estabas comodo a mi lado. Eras parte de mi vida. De mi viaje. De nuestra pareja. A partir de ahora seriamos tres para tomar decisiones. Eras importante en cada pregunta, sobre donde parar y donde seguir de largo.

“Nos vamos de vacaciones? Espera, depende si tengo alguna sesión oncológica”

“Y si el finde vamos al cine?, espera, no se si nuestro compañerito me dejara comer tranquilo, y no provocarme diarrea o vómitos o anda saber que mierda”.

“Vamos a visitar a Fulano?, hmm, no sé. Queda lejos, y si me siento mal y tenemos que salir de raje para la guardia?”

Pasaste a ser de la familia. Un integrante más. ¡¡Los médicos decían “vamos a pelear!!””. Asi. Con uñas y dientes. Mis amigos me decían “animo, arriba, ¡sos fuerte!”.

Pero yo sabia que tenia que convivir con vos. Porque ademas, durante el viaje, me diste la dieta ideal, y traías cambios en mi físico. Perdí 27 kgs. Y tambien perdi pelo.

A medida que avanzaba por mi ruta, fui conociendo palabras duras, feas, desconocidas. … Quimioterapia, radioterapia, escamoso, …pero tambien las lindas, las que te ayudan, amor, amistad, solidaridad.

Poco a poco fui entendiendo que vos eras algo mas que un intruso en mi vida. Eras (sos, y serás) un gran maestro. Aquel que viene a enseñarte lo lindo de la vida, aquello que nunca vemos. Un amanecer de sol, una lluvia otoñal, mirar una montaña, salir, pasear, amar, besar. Estar. Estar VIVO.

Cuando te conoci, te putee. Por dentro, por fuera, por todas partes. Eras la peor mugre que podía haber en el universo. Justo a vos te había levantado en el camino. Cuando hay tanta gente buena, haciendo dedo en las rutas.

El tiempo, los afectos, la terapia, me demostró que eras un Viajero, que vas de un lugar a otro, y que compartís mi viaje y, me decis…” vamos Vlad!! vamos a cambiar algunas cosas que estan mal”

Asi te tengo hoy. A mano, como un compañero de ruta. Como aquella vieja guía de mapas. Alguien que alguna vez me hizo dedo, para que lo lleve de un lugar a otro. Alguien, que, durante el viaje, me fue hablando. Explicándome las cosas reales de la vida. Como alguien que le dice a un ciego como son los colores.

Entendí que para siempre debería llamarte Viajero. Porque eso sos. Estas parado al costado de cada ruta; y haces dedo. Y nosotros, estúpidos, paramos, y te llevamos. Aunque nuestro auto este cargado de muchas mochilas. De valijas enormes de frustración, culpa, dolor, soledad, falta de amor; y vos subis muyyyy campante, te sentas a nuestro lado, y nos vas contando como es el trayecto. De un punto a otro.

Creo que estoy llegando a tu destino, porque para el mio falta muchísimo. Pronto vas a bajar. Te voy a dejar, a un costado de la ruta. Ojalá no existiese otro auto que te lleve, pero siempre aparece. Siempre está ese conductor que te vea, y te deje subir al auto.

Y cuando te esté llevando, aprenderá a distinguir la vida real de lo que no lo es.

CANCER, podes seguir tu ruta.