Síntomas frecuentes:
- Dolor abdominal crónico
- Diarrea persistente (a veces con sangre)
- Fatiga extrema
- Pérdida de peso involuntaria
Fiebre
🔎 ¿Por qué importa en oncología?
Las personas con EII tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, especialmente en aquellos que padecen colitis ulcerosa de larga evolución.
Este riesgo aumenta con el tiempo y depende de varios factores, como la duración de la enfermedad, la severidad de los brotes y la presencia de complicaciones adicionales.
Duración de la enfermedad:
El riesgo de cáncer colorrectal es mayor en pacientes con EII crónica de más de 8 a 10 años de evolución, especialmente si la enfermedad no se encuentra bien controlada. Cuanto más tiempo ha transcurrido con inflamación activa, mayor es el riesgo.
Colitis ulcerosa extensa:
En los casos de colitis ulcerosa, donde la inflamación afecta todo el colon, el riesgo es más alto. La inflamación constante puede llevar a cambios celulares anormales que pueden evolucionar hacia cáncer.
Presencia de displasia:
La displasia es una alteración celular que puede preceder al cáncer. La vigilancia periódica mediante endoscopias y biopsias es crucial para detectar estas alteraciones a tiempo.
Historial familiar de cáncer:
Si hay antecedentes familiares de cáncer colorrectal, el riesgo de desarrollar cáncer en personas con EII aumenta aún más.
Otros factores de complicación:
La presencia de complicaciones como las estertores (fístulas o estenosis) en la enfermedad de Crohn también puede contribuir al riesgo oncológico, aunque en menor medida que en la colitis ulcerosa.
Los controles médicos, junto con vigilancia endoscópica y biopsias periódicas, son esenciales para detectar alteraciones precoces.