Soy Melisa, de 31 años de edad, segunda hija mujer, primera nieta por parte de padre.

Siempre fui una persona muy sensible.

Me enamoré mucho mucho a mis 15 años, y mi enamoramiento duró hasta mis 21 años, mi primer y único amor…el amor de mi vida.

A los 21 años, sin mi gran amor, pero con toda una vida por seguir, con muchos sueños, me recibo de Profesora en Educación Inicial, en la Universidad Nacional de San Luis. Trabajé 3 años en la ciudad capital puntana, pero mis orígenes me llamaban.

En el 2013 regreso mi pueblo, mi querido Unión, ya una mujer adulta, un poco firme, dura…contenta por encontrarme con mi familia, pero muy enojada con ese gran amor…  volví a mi pueblo con trabajo, era un proyecto de educación para adultos, y era a mí a la que habían elegido, era yo la que estaría a cargo de ese grupo, yo me sentía muy orgullosa de todos mis logros, pero lo que no sabía que trabajaría en el centro municipal del pueblo, en donde él estaría ahí… él tenía su pareja, pero en el pueblo decían que yo era su gran amor, y que nunca se había olvidado de mí, como yo nunca me olvidé de él…

Ya con mis 25 años trabajaba, tenía mi familia: Mamá, papá, mis hermanas, mi sobrino ahijado,  y hasta ese momento mí querido abuelo Tula. Disfrutaba de mis vacaciones con amigas…pero no tenía mi gran amor, creo que siempre sentí ese gran vacío, no podía amar a otra persona.

Pasaban los años y yo seguía sola, pasaban los días en mi trabajo, donde me cruzaba a la persona que más amaba, pero que amaba en silencio, a la que no saludaba, a la que ignoraba todo el tiempo,.

Pero llegó ese día, una madrugada del 18 de Agosto, a las 2 de la mañana, me llega un mensaje, yo cumplía mis 27 años, yo recordaba de memoria su número de teléfono, sabía que terminaba en 2852, yo entre dormida vi ese mensaje que decía: Feliz Cumple, espero que pases un Hermoso Día!. Me quedé helada, muda, no sabía si contestar, pero lo que si sabía, que no me podía ilusionar, porque él estaba en pareja y esperaba un hijo, estaba contenta porque se acordaba de mí, pero por dentro una rabia enorme. Recuerdo que al otro día era feriado, no lo podía ver, pero cuando regrese a mi trabajo y lo vi, le agradecí, y me dijo que yo era el amor de su vida! Que nosotros íbamos a terminar juntos….pero estaba loco este hombre, como me iba a decir eso.

En octubre nace su hijo y noviembre se separa, y allí comenzó la historia de amor que tanto esperaba, pero una historia de amor en medio de una guerra. Mi familia no aceptaba que comenzara este gran romance con alguien que acababa de ser padre, la familia de la otra parte culpándome por todo.  Nuestros encuentros eran a escondidas, por el que dirán…

En el 2015, firmes, después de siete años, nos dimos una oportunidad, la mejor oportunidad de mi vida, me arriesgue y me enfrente a todo, al igual que él.

Nos fuimos a vivir juntos, todo marchaba más que bien, hasta que llegó ese dia…

Un día antes del acto de finde año de la escuela donde trabajaba, me aparece un globito muy inflado en el cuello, cerca de clavículas, fui al hospital del pueblo, y me dijeron que era contracturas, ene se momento vivía contracturada porque me iba a dar clases a una escuela rural en moto, 50km de ida y 50km de vuelta, y muchas veces el frio me contracturaba toda, desde espalda hasta el cuello, muchas veces me quedaba con el cuello duro. En el hospital me pusieron una inyección y todo se fue, pero por el día, al otro día, me doy cuenta que cerca del cuello tenía una pelotita palpable, me asusté…  con mi compañero de vida, nos fuimos a un médico a Gral. Alvear un pueblo más grande que unión, fui a un ginecólogo, no sé porque pero dije vamos a un ginecólogo pensé que esa bolita podía tener relación, al verme el doctor me sugirió inmediatamente a un especialista de cuello y cabeza. Que locura ya era Diciembre, 22 de diciembre para ser exactos, nos fuimos a San Rafael, ahí el especialista me dijo que no era nada, que había que extraer esas bolitas y que me quedara tranquila, pero yo sabía que algo no andaba bien.  Pasamos las fiestas, y en vacaciones, decidí disfrutar de mis vacaciones, y a la vuelta retomaba estudios.

Sin darme cuenta pasaban los días, pasaron los meses y pasaron las vacaciones.

Empecé a sudar por las noches hasta quedar empapada, me aparecían ronchas que no entendía de que eran. Hasta que una señora de un pueblo vecino me sugirió de hacerme un eco mamario, me realice el eco y todo estaba bien, esta señora que se llama María Elena me sugiere sacar un turno con un médico oncólogo. Fui, me palpo las bolitas del cuello, porque ya no tenía una, tenía dos, el me solicito una biopsia, la realicé, a todo esto ya era septiembre del 2016. A todo esto mi Gran y Único amor me acompañaba a todos lados.

El 15 de septiembre del 2016, vamos al centro oncológico con mis resultados, algo había leído, decía sospecha de linfoma, no sabía que era… mis ojos llenos de lágrimas porque sabía que algo bueno no era… fui fuerte. Mientras esperábamos, mi compañero, mi flaco, así le digo yo, se puso a leer unos folletos, pero nunca me dijo que ese folleto era un folleto donde decía que el 15 de septiembre se conmemora la lucha contra el linfoma… lo tiene guardado en su billetera hasta el dia de hoy. Bueno, al ingresar al consultorio del Dr. Me dice, sospecha de linfoma, no me explico que era, y nosotros no teníamos ni idea… me derivaron a unas genios: a las onco-hematologas.  Eran tres, una muy seria, que no me explico mucho, me dijo que tratamiento era, que se encontraba en el estadio I, pero que debía realizarme una punción de medula. Mis amigas me llamaban para preguntarme como me había ido, les dije que bien, que tenía linfoma, pero que no era grave, era curable. Que ignorancia la mía!!! A lo mejor el miedo me paralizó y no quería que yo me diera cuenta lo que era…. De san Luis a mi pueblo hay una distancia de 270km, mi flaco manejaba y me decía que todo iba a estar bien, yo no caí, y creo que me cayó la ficha cuando recordaba todo lo que me había dicho la doctora. Esa noche, lloré lo que nunca había llorado, mira que soy sensible, pero esa noche lloré mucho, pero sabía que estaba en los brazos de mi gran amor, y él me decía que esta batalla no la iba a enfrentar yo sola, que lo tenía a él, a mi familia… teníamos tantos proyectos juntos, la vida, el destino, nos había reencontrado de nuevo, pero esta vez, para que él cuidara de mí.

El 30 de noviembre del 2016 comienzo con mis quimioterapias, seis ciclos cada 15 días, miércoles quimio y al otro miércoles control, así todos los miércoles viajando a San Luis, tenía al mejor chofer: mi Flaco, con él siempre me sentí con fuerzas, y la copiloto mi Mamá.

Una de las doctoras, la más estricta, me había dicho: nada de perros, si tenes perros en tu casa, afuera, no los podes dejar adentro, no podes tener contacto con animales, y por una semana tenes que estar aislada.( entiendo que se me bajaban las defensas y de esa manera evitar algún virus). Lo que mi doctora no sabía que tenía mi hijo perruno: Iker, mi caniche pomposo blanco. Hicimos el intento de llevarlo a la casa de mi mamá, pero los animales tienen un amor que no se explica y ese sexto sentido!!! Llegué ese miércoles a la noche a casa y mi perro ya estaba en otra casa, yo lo extrañaba,alotro día a las siete de la mañana me levanto porque tenía nauseas, no vómitos, pero sentía el malestar, y cuando estaba en el baño, escuchaba que alguien rasguñaba la puerta, era mi Iker, que sabía que su mami humana no la estaba pasando bien, y fue ahí donde decidí que mi perro se quedaba, mi gran guardián, el día después de las quimios mi chiquito acostado conmigo, solo se levantaba cuando yo me levantaba al baño, me esperaba en la puerta y volvía acostarse conmigo en la cama… cuando ya estaba bien hacia vida normal y mi perro también. Siempre estuvo conmigo, no me dejo nunca sola.

Mi papá en ese momento estaba sin trabajo, y todas las mañanas iba a casa, y nos sentábamos afuera a tomar mates, él tomaba, yo no podía, yo lo único que podía era mostrarme fuerte ante ellos, porque no es fácil ver a un hijo enfermo.

Así pasaron los días, las semanas, los meses, y cada vez toleraba menos las quimios, salíamos para san Luis a las cinco de la mañana, para estar a las ocho en el centro oncológico, pero mi cabeza hasta rechazaba nombrar la palabra centro oncológico, el pelo se caía, me reía porque solamente se me cayó la parte de adelante del pelo, atrás me quedaban unos mechones, era Pedro escamoso!! Decidí cortarme bien cortito, no pelarme.

Mi vida era normal, nos reuníamos con amigos, todos los viernes, traté de no victimizarme, disfrutaba cada momento.

Después de ocho quimios, las doctoras me dijeron que debía viajar a Mendoza para realizarme un PET, para ver cómo iba respondiendo las quimios con la enfermedad. Lo primero que les dije: si el pet sale limpio no me hago más quimios? Y ella muy dulce me dice: así es bonita. (Amo a la Dra. Zaha Sfeir,  es la más buena y comprensible).

Así que en abril del 2017 emprendimos viaje con mi flaco, nos fuimos a Mendoza, nos fuimos el fin de semana, porque queríamos conocer, nos recorrimos todo, disfrutamos mucho, el dia lunes el pet, mientras esperábamos, en mi mente le pedía a Diosito que por favor me saliera limpio. Una Dra. De Mendoza me dijo que los linfomas en el cuarto ciclo se curan, y mi cabeza quedó con eso.

Primeros días de mayo del 2017, llegan mis resultados, los leímos con mi flaco y leímos: que el pet estaba limpio, no tenía más cáncer, no volvía a realizarme más quimios. Esta vez las lágrimas que derramábamos eran de felicidad, los abrazos de la familia eran de pura felicidad!!!

Volvimos a San Luis, con estudios en mano, y la Dra. Confirmó lo que habíamos leído. Meli: le ganaste al linfoma!!!! Ahora a cuidarse, no estresarse, a disfrutar de la vida, de cada momento, de cada persona. Recordá: que ahora empezamos con controles, primero cada tres meses, luego cada seis.

Y acá estoy, enero 2019, escribiendo mi historia y es inevitable que no se me escapen mis lágrimas.

Acá estoy, disfrutando de la segunda oportunidad que Dios me dio. Dando a conocer esta enfermedad, cada 15 de Septiembre conmemorando y brindando a la comunidad información sobre síntomas y tratando de prevenir y detectarlo a tiempo.

Siempre digo… las cosas pasan por algo, y Dios me puso a un Gran Hombre, a mi primer amor de adolescentes. El amor Cura. El amor de pareja cura, el amor de Familia cura, el amor de nuestras mascotas cura, el amor de amigo cura.